Hace cuatro años llegué a Malagón (Ciudad Real) para conocer a dos alumnos que habían venido a un curso de la Escuela y que me transmitieron algo que entonces no sabía muy bien qué era. Gracias al tesón de Carlos fui a ver la idea inicial que tenían de montar una almazara.

Me ahorro los años posteriores para concluir que desde entonces iniciamos un proyecto en común que hoy es Finca La Oliveta y que se ha convertido en un modelo diferente de elaboración y experimentación alrededor del aceite de oliva virgen extra de alta calidad.

Siempre que voy a Malagón miro esa sierra cercana y algo me decía que mucho de lo que tienen nuestros olivos procede de esa formación rocosa y su cantidad de minerales y propiedades. Como el tiempo siempre es escaso y difícil de poner en acuerdo a todo el equipo (no pudo venir parte de él tan importante o más que los presentes), por fin hemos encontrado el momento para subir, sufrir y disfrutar de un espacio natural del que os dejo una reseña interesante de un enamorado historiador de la zona:

“Nuestros paisanos de 1575, Gaspar del Forcallo y Pedro Gómez de Hinojosa cumplimentan este Punto 19 de la siguiente manera:

“La principal sierra se dice Malagón el Viejo, toma principio un cuarto de legua del pueblo sigue esta sierra como tres leguas hacia el poniente, tiene allí en el principio en lo alto una plaza que se puede correr en caballo esta allí un aljibe de buen agua y con ser muy alta se puede subir bien a caballo, hay en la dicha plaza ruinas de edificios antiguos, porque se sabe de cierto que los moros tenían allí su fortaleza y al pie de esta sierra tenían las caserías, hay en ella muchos montes y pedrizas y fuentes de agua y de esta hacen otras sierras que siguen unas cara una parte y otras hacia otra hasta llegar a asir con sierras de tierra de Toledo, que están a siete leguas de esta dicha villa”

441 años después los malagoneros seguimos denominando a este lugar como “La Plaza de los Moros”. En lo alto de Malagón El Viejo podemos encontrar los restos de una atalaya circular que servía como punto de vigilancia del Malagón musulmán y que mediante señales de humo, se utilizaba para comunicarse con Qal’al Rabah (Calatrava la Vieja) del vecino Carrión de Calatrava. Esta fortaleza a simple vista se distingue desde aquí.

Lo que no sabían Pedro Gómez de Hinojosa y Gaspar del Forcallo es que los moros construyeron su fortaleza reutilizando y reconstruyendo un antiguo poblado tartesio de la Edad de Bronce. Los primeros malagoneros allí arriba se asentaron buscando un material imprescindible para su desarrollo cultural, los metales.”

«SALARIA LARCURIUS MALAGÓN. De la Prehistoria al Siglo XVII» : http://historiademalagon.wix.com/salarialarcuriusmalagon#!las-l%C3%A1minas/photostackergallery0=8

Pudimos comprobar la riqueza de minerales del suelo y el hecho de tanto acebuche a lo largo de la ascensión y bajada, de tan buena calidad y sanidad…ha hecho que entienda mejor cómo funcionan nuestros olivares que viven en la falda de esta serranía. Subir hasta tanta altitud me dió una visión mucho más cercana de los suelos de la zona.

Un día fantástico, agotador…con las piernas temblando de tanta subida y bajada…pero con un equipo que somos como hermanos…entender que luego nuestros AOVEs son lo que son por todos estos elementos.